El pasado martes por la tarde fui invitado a asistir a una mesa redonda organizada para el equipo del programa Compartim de gestión del conocimiento del Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya, (en las instalaciones del Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada (CEJFE)).
Esta actividad formaba parte del IV Seminario Especializado de Buenas Prácticas de Trabajo Colaborativo en Entornos Virtuales destinado básicamente a los e-moderadores del programa Compartim.
La mesa redonda empezó con una breve charla de los 4 expertos en comunidades virtuales que fueron invitados a explicar su experiencias:
- Pol Santacana Ametller: Responsable de comunidades profesionales virtuales de Viadeo.com.
- Albert Sangrà Morer: Director del Programa de Postgrado y del Máster Universitario en Educación y Tecnologías de la Información y la Comunicación de la UOC.
- David Rodríguez Gómez: Dinamizador del programa de trabajo colaborativo on-line Accelera de la UAB.
- Josep Lozano Galera: Director general d'AEFOL.com.
El primero en hablar fue Pol Santacana.
Empezó definiendo qué son los entornos colaborativos, nada más que:
"Diferentes personas trabajando conjuntamente para alcanzar un objetivo final común"(Hay que tener en cuenta que este objetivo final quizás no es compartido individualmente por los miembros de la comunidad).
Para él, las claves de una comunidad virtual son:
- Definir y explicitar el objetivo de la comunidad.
- Utilizar una herramienta muy fácil, flexible y escalable.
- Crear y potenciar los perfiles de los miembros de la comunidad.
- Fomentar la participación de los usuarios de la comunidad en su desarrollo.
- Monitorizarlo todo de cara a tener métricas.
- Proporcionar incentivos para participar, dicho de otra manera, ¿qué beneficios saca el usuario?
- Utilizar un programa de valoraciones (rating). Esto nos será muy útil para saber quiénes son los líderes de la comunidad.
- Conocer en qué etapa del ciclo de vida se encuentra la comunidad.
- Tener en cuenta que lo que quiere el usuario son soluciones, no plataformas ...
Empezó comentado que se tiene que compartir la intencionalidad entre todos, hay que compartir un objetivo.
La gente comenta, '¿Qué saco de participar en esta comunidad? '¿Por qué tengo que participar?'
Por lo tanto, ¿qué motivación damos?, ¿qué valor añadido tendrá la comunidad que atraerá a la gente?
Éstas son preguntas que nos tendríamos que hacer si queremos crear/dinamizar una comunidad.
Consideraciones que se tienen que tener en cuenta:
- Es importante el sentimiento de pertenencia, es importante que 'se haga equipo' con los miembros de la comunidad.
- Es bueno conocer las necesidades y las prioridades de los miembros de la comunidad.
- Es primordial dar libertad de elección a los miembros de la comunidad.
- Sobre todo, los moderadores tienen que practicar con el ejemplo, se lo tienen que creer. (Hace falta que asuman el cambio de contexto (de presencial a virtual), superar la resistencia al cambio, especialmente si ya tenemos una edad y, por lo tanto, hemos crecido con una 'cultura presencial').
- Por otra parte, tal como decía Pol Santacana, si queremos participación tenemos que pensar en incentivos.
- Saber escuchar (leer), ser paciente, dar juego (especialmente en la etapa inicial de la comunidad).
- Valorar la participar (no se trata de dar una puntuación sino de dar valor a las participaciones).
- 'Estar presente en la ausencia'. No ser invasivo, ni pedante, ni demasiado experto, ni intervencionista, el valor no está en saber más sino en potenciar lo mejor de cada uno.
El tercero en hablar fue David Rodríguez.
Explicó que las comunidades sirven para compartir conocimiento; pero también sirven para la creación, desarrollo y utilización de este conocimiento.
El moderador es clave en la comunidad, es quien tiene que 'conducir' la comunidad hacia alcanzar sus objetivos. Pero también es quien tiene que dar hitos para que se pueda ver que la comunidad evoluciona.
Los roles del moderador tienen tres grandes ámbitos:
- Organización (planificación).
- Social.
- Intelectual.
El último en hablar fue Josep Lozano.
Explicó la experiencia (y los servicios) del portal AEFOL.
AEFOL se ha convertido en el portal líder mundial de e-learning y club de servicios para empresas.
También son los organizadores de la feria ExpoELearning que este año ya será la octava edición.
Uno de los comentarios que más me gustaron de Josep Lozano es éste:
'No hemos querido crear nuestra propia red, hemos ido a Viadeo, Facebook, etc, es decir, allí donde ya está la gente'.
Después de los ponentes fue el turno del debate.
Empezó Jordi Graells comentando varias cosas, entre éstas se discutió sobre el papel que tiene la tecnología en una comunidad.
Más o menos se concluyó que la tecnología es importante, pero siempre que esté claro el objetivo de la comunidad, es decir, la tecnología nos puede facilitar alcanzar el objetivo que es realmente lo que tenemos que hacer.
Por lo tanto, la tecnología es una catalizadora del trabajo que se hace en una comunidad.
En este punto pasamos un rato en que el debate se centró (a mi entender) demasiado en el mundo formativo.
Después se habló de cómo apoyar/motivar a los moderadores.
¿Si son la clave de las comunidades, no los tendríamos que apoyar mucho más?, ¿cómo les podríamos dar apoyo?
Aunque a veces es 'sólo' un problema de actitud, animar una comunidad es muy duro y complicado, y si es on-line todavía más. Incluso puede llegar a ser frustrante (especialmente cuando nadie participa).
Sin embargo, los ponentes comentaron que éste es un mundo muy nuevo, no existen recetas mágicas ni trucos ni nada, todavía se está abriendo camino.
También se comentó que en uno entorno de administración pública, (como es el caso del programa Compartim) hay un problema añadido: si una comunidad no tiene éxito se percibe como un gran fracaso.
Por todo esto, y aunque sólo sea para 'socializar las penas' es útil tener una comunidad de moderadores.
Se volvió a incidir con el hecho que no se participa a cambio de nada, hay que dar incentivos.
Pero no se tiene que caer en la moda, es decir, no se tiene que crear comunidades (virtuales) si no hacen falta. Primero se tiene que detectar las necesidades y después ver si crear una comunidad puede ayudar, el caso contrario sólo tiene el fracaso como respuesta.
Por otra parte, y centrándonos en las comunidades virtuales, se comentó que lo que ofrecemos virtualmente tiene que ser diferente de lo que se da presencialmente, de lo contrario la 'versión' virtual no tendrá éxito, (actualmente todavía somos más 'presenciales' que 'virtuales', dentro de un tiempo, cuando la gente que ahora es joven ya no lo sea tanto, quizás a idéntico servicio se utilizará más la 'versión' digital).
Otro problema es que 'aquello que es virtual tiene que demostrarlo'. En una comunidad virtual si no participas no estás, en cambio en una comunidad presencial puedes no participar pero estás, ocupas espacio, se te ve.
Además, en una comunidad virtual no hay aportaciones espontáneas (o hay menos). En cambio, las aportaciones acostumbran a ser más profundas en una comunidad virtual, (salvo las aportaciones del estilo: 'Yo también estoy de acuerdo').
En el fondo lo que se necesita es confianza.
El programa Compartim es un cambio de paradigma brutal, rompe jerarquías, rompe con las relaciones de poder, eso es especialmente innovador teniendo en cuenta que está situado en uno entorno de administración pública.
Enlaces relacionados:
- III Jornada del Programa Compartimos de Gestión del Conocimiento.
- Taller para aprender a poner en marcha CoPs (ejemplo del programa Compartim).
- Programa Compartim.
- Gestió del coneixement.
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